Beware of Imitations!

Video instalación

Beware of Imitations ! está filmado en una caja negra que arropa a los tres protagonistas de la pieza y nada más. La Ribot cámara en mano; el músico experimental catalán Carles Santos; y el instrumento habitual de Santos, un resplandeciente piano de cola negro.

Pionera en la danza y en las artes escénicas Loie Fuller, nacida en Chicago (1862 – 1928) es probablemente más conocida por sus vaporosos vestuarios elaborados con metros de seda que movía empuñando unas largas varas. Revoloteando la seda alrededor de la cabeza y el cuerpo creó un peculiar repertorio de llamativas formas orgánicas –inspiración de innumerables artistas y diseñadores Art Nouveau. Sin embargo las innovaciones de Fuller han ido mucho mas lejos de este particular efecto. Experimentó ampliamente con las nuevas tecnologías de iluminación y efectos de color en el escenario y fue la primera creadora que define la escena de teatro negra y vacía. Por lo tanto se puede decir que fue Fuller quien propone por primera vez, la escena modernista totalmente abstracta. Cuando La Ribot fue invitada por la comisaria Aurora Herrera  y La Casa Encendida, Madrid,  para contribuir con una nueva obra a la exposición "Escenarios del cuerpo, la métamorfósis de Loie Fuller (Febrero a  Mayo 2014)" fue este aspecto el que tomó como punto de partida.

La Ribot toma el título para la pieza directamente de las tarjetas que venían al interior de las cajetillas de tabaco a principios de los años veinte decoradas con la imagen de Fuller y el  eslogan “cuidado con las imitaciones”. Define la pieza como un “femmage” a la americana innovadora, y contrasta los aparatos electrónicos y las tecnologías digitales que son empleadas, tan asequibles hoy para nuestros artistas, con los trabajados efectos escénicos de Fuller.  Beware of Imitations !, es también un tributo al inconformista Santos, que tenía 74 años en el momento de la filmación. Sus improvisaciones musicales son introspectivas y dramáticas,  la pieza tiene en general un tono submarino. La cámara de La Ribot navega debajo del piano y alrededor del pianista como explorando el suelo de un océano. Destellos fragmentados de los dos protagonistas humanos y  del piano saltan de la oscuridad y la intensa improvisación  musical de Santos refuerza la sombría atmósfera de la pieza.